Benalmádena divide opiniones: demolición de plaza histórica para construir parque temático chino desata polémica
Benalmádena divide opiniones: demolición de plaza histórica para construir parque temático chino desata polémica
El anuncio del Parque de la Amistad Hispano-China, presentado en FITUR 2025, ha generado un intenso debate en la Costa del Sol. El ambicioso proyecto, que ocupará más de 24.000 m², contempla la construcción de templos, jardines, un monasterio zen, un hotel de retiro y hasta el primer cementerio ceremonial chino de Europa. Con una inversión estimada entre 5 y 15 millones de euros, sus impulsores aseguran que marcará un antes y un después en la oferta cultural y turística del municipio.
El proyecto cuenta con el respaldo del Ayuntamiento de Benalmádena, la Asociación Hispano-China para la Promoción y el Intercambio y la ACEB (Asociación de Comerciantes y Empresarios). Según el alcalde Juan Antonio Lara (PP), “Benalmádena se transportará a la China más tradicional, ofreciendo un atractivo único en Europa que atraerá a un turismo de alto nivel adquisitivo”.
Sin embargo, la otra cara de la moneda es la demolición de la emblemática plaza de toros, cerrada desde 2011. El edificio, considerado parte de la memoria histórica del municipio, sería derribado tras un informe de Diputación que lo declara en “ruina legal”. No obstante, desde la oposición, especialmente Vox, se cuestiona la validez del dictamen, asegurando que existen informes alternativos que descartan daños estructurales graves y atribuyen el deterioro al “abandono deliberado”.
La controversia se ha intensificado en redes sociales y en medios internacionales, donde el proyecto ha sido descrito como un ejemplo de “choque cultural entre modernidad y tradición”. Mientras algunos defienden la apuesta por una Benalmádena global y competitiva, otros lamentan la pérdida de identidad local y el “borrado” de un símbolo histórico.
Por ahora, el futuro del parque parece avanzar con respaldo institucional, aunque la polémica sigue creciendo entre vecinos, partidos políticos y asociaciones culturales. El debate está servido: ¿renovación turística o pérdida patrimonial?
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